
Resulta que...
una amiga de un amigo tenía una boa...
y la boa comía con ella, dormía con ella, paseaba con ella.
Hasta que un día, la boa dejó de comer.
No comía ni dormía más enroscada con ella.
Se acostaba a su lado y dormía estiradita-estiradita.
La amiga de mi amigo, preocupada, la llevó al veterinario.
-Veterinario, veterinario. Mi boa no me come, y no se enrosca! No sé que le pasa!-
Y el señor le respondió:
-Es que, chiquita, tu boa se está preparando, y te está midiendo,
porque te quiere COMER-.
UN FLASH
Hay que tener cuidado con los bichos que uno se acuesta.
DENSERIO.
¡jajajajaja excelente moraleja!
ResponderEliminarSaludos.
Me morí con el cuento.Fla
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