Dicen que lo esencial es invisible a los ojos.
Y a veces nuestra esencia es invisible a nuestros propios ojos. Podemos volvernos ciegos de nosotros mismos... y qué nos queda?
Nada. Un cuerpo que se mueve en el espacio buscando quién era alguna vez. O quién quisiera ser.
Mis lentes de contacto terminaron en la basura. La cebolla me hace llorar y el sol del mediodía me hace pestañear mucho. Hace 10 años no sentía eso.
-¿Qué querrás empezar a ver mejor?, me preguntaron.
Me quedé pensando. Me acordé de mi blog y de lo feliz que soy cuando escribo.
-Quiero volver a verme-, pensé.
Y acá estoy.
Creo que me vendría bien una cómoda silla para mi escritorio...
Aldana L.
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Un aplauso para la canción Miss Saravejo que es capaz de reavivar a un alma adormecida de emociones.
ResponderEliminarMe encanta ver tu regreso.
ResponderEliminarOjalá encuentres una silla muy cómoda.
Saludos.