martes, 19 de enero de 2010

Cuando uno viaja crece. Eso dicen.

Y al fin volví. Después de 7 días de montaña y 2 noches de coche cama Andesmar (el único bondi que se atreve a hacer un bingo entre los pasajeros, y le pone “garra” al asunto) desayuné este domingo de vuelta en casa. Dije casa, si. Y hablo de Uriburu… una novedad ¿no? Ahora tengo “Casa de Uriburu” y “Casa de Devoto”. Nada de tener que decidirme entre una de las dos.

¿Qué me traje?
Viaje de estreno. Mucho vino, conservas, y sobre todo: ropa sucia. 3 lavarropas es la completa descripción. TRES. No uno, ni dos. TRES. Cada lavado dura una hora treinta. Lo que significa que estuve cuatro horas y media pendiente de esa máquina, para lograr esto:


Mi línea-blanca (ver imagen de referencia). Y pensar que cuando la compré me hizo feliz. 1000 pesos al contado y un par de tarjetazos me dejaron este domingo sentada en ese lugar: la mesada, mirando cómo giraba mi ropa y escuchando el ruidito del botón del jean chocar contra la puerta.


Es cierto que sin mi Philco no iba a estar mejor. Pero reconozco que en mi crisis de impaciencia (que se repite en diferentes situaciones nuevas) le grité una vez: -Podés terminar?!? Podés terminar?!? Me tengo que irrrr-

Si algo aprendí es que las lavadoras No Hablan, que el lavado dura 01:30, y que si le gritas, no se apura.

¿Qué extrañé durante mi viaje?
-Mi cama y mi almohada (esto es común)
-La heladera a mano para cuando yo quería
-Mis cubitos alargados en forma de fideos
-No saber qué ponerme o cómo combinar lo que me puse (el elemento es: el placard)
-El olor de mi casa cuando entro (mezcla de procenex con el sahumerio del día anterior)
-Reírme de que lo que cocino sale “raro”
-Los canales de tv de verdad (los canales del interior me ponen muy nerviosa)*
-El ritual de la producción del silencio antes de acostarme: llevar el reloj a la cocina, apagar los parlantes de la compu porque con dellia apagada hacen ruido a “vacío con electricidad”, sacar el cubrecamas para que no se arrugue, tirar los 6 almohadones al piso.
-El ruidito del ventilador cuando me voy a dormir y hay silencio
-Que no entremos en la cama
-Vivir acá, en fin.


*yo sé que este comentario es muy anti-pluralista y anti-federalista de mi parte, pero es la verdad. En el interior NO SE PUEDE HACER ZAPPING, ni mirar televisión (siendo porteño y estando acostumbrado a la programación [basura] que tenemos acá). Tenés lluvia cada dos canales, la grilla para cualquier lado, y los comerciales NO ENGANCHAN BIEN entre los cortes. Yo no digo que tengan que repetir lo que se hace acá. Pero APRENDAMOS A MANEJAR EL SOPORTE. Así no. Gracias.



¿Qué aprendí?
Que aunque ahora viva sola tengo que seguir trabajando el temita de “a la mañana no me gusta hablar” (algún día no voy a vivir más sola, ¿no?).
Que el mate se toma amargo para quedar bien.
Que si te gusta el vino blanco no te gusta el vino.
Que soy lo suficientemente cagona para no hacer rafting y lo suficientemente coherente para no tirarme por tirolesa.
Que todavía existen locales que ofrecen “changas”.
Que la gente del interior es capaz de dormir 4 horas de siesta, estando acostada un promedio de 12 horas diarias, y así y todo osa “tener sueño” y poder dormir.
Que yo duermo seis y por eso a veces me duele la cabeza.
Que vivir en la ciudad, aunque me queje, me gusta.

¿Y qué me encontré cuando llegué?
El calor más húmedo y más grande del mundo.
Un olor a jazmín que se sentía desde la planta baja (me compré un glade-enchufes aroma jazmín y lo dejé prendido con todo cerrado [andan muy bien]).
Dos boletas vencidas.
El contestador sin mensajes (y una evidencia más de que ya no soy una persona “con un millón de amigos”).
Y lo más importante. Me encontré con POTUS:

Como se ve en la fotografía, ahora Potus (the survivor) tiene un hermanito.
Durante mi recorrido por las calles de San Rafael, encontré a este cactus, y decidí que lo mejor era traerlo a casa para que le haga compañía a Potus (y le enseñe a vivir sin agua durante un mes, para próximos viajes). El momento de la adopción:





Esta es mi vuelta.

Vacaciones hermosas. Descanso, diversión y placer.
Pero lo mejor de todo, y un sentimiento de estreno: no me fastidió volver.



HOME SWEET HOME.
QUÉ MÁS PUEDO PEDIR.




4 comentarios:

  1. Hago honor a tu asterisco. Tu asterisco es lo mejor lejos, de esta entrada.
    Y apoyo la adopción de más plantas para que no seas un solo ser vivo viviendo en un mono-ambiente.
    Todo suena a mucho UNO. Y a que en un momento vas a terminar diciendo, "soy sola". De ninguna manera, vamos con más: alegrías del hogar, ficus, helechos y malvones. Así cuando vaya a visitarte vas a mostrarme lo bien que están y de paso regalarme un "gajito".

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  2. Aldi, porque en el mundo blogger no hay una opcion para hacerse FAN como en el facebook..
    Lo voy a dejar asentado en este comentario de todos modos.. SOY FAN de tu blog!

    Tenes talento! Y un potus vivo!

    Te quiero!

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  3. ro
    aca uno no se puede hacer fan, porque el facebook esta allá (señalando hacia arriba), y blogspot recién está acá.
    e-asi.
    gracias por comentar, me gusta saber que te gusta.

    poly,
    mi prox flora sera una alegria del hogar, a pedido tuyo. ahora necesito que alguien me consiga un gajito.

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  4. Al, si sigo leyendo tu blog en el trabajo y me rio a carcajadas me van a echar. Y como falte y no lo revise , tengo uno atrasado. Ahí voy por mi segunda carcajada del día.
    Y en el interior se vive mejor, pero que cambiemos unas 6 horas de sueño por tv de la buena no se sí es negocio!

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